Cualquiera de los cuatro espacios donde hemos instalado piezas evocan el paso del tiempo.
Grandson tiene un escudo con la luna y el sol, nada más gráfico que esta dualidad para hablar del paso de uno al otro, sin fronteras claras. La luz irá cambiando sin parar, siempre en movimiento.
El día se convertirá en noche y viceversa.
Intento crear espacios donde la luz sea la protagonista.
“Pintar “ algo poético que nos devuelva cual espejo la realidad cambiante.
En esta exposición dentro y fuera de la Galería hemos intentado, tanto el comisario, Jorge Cañete, como yo misma respetar la naturaleza y la arquitectura existente para transformar con la mínima intervención los espacios, hablando de lo que nos interesa, nuestra percepción cambiante en un espacio temporal en evolución.
Hemos intervenido la iglesia saint- Jean Baptiste , el claustro , el castillo y la propia Galerie Philosophique